viernes, enero 20, 2006

La renga 2006

En medio del riguroso calor de este verano santiaguino, la piezas de este rito de pasión se fueron armando poco a poco para que estas miles de almas se juntaran otra vez y con más fuerza a compartir un aire de alegría renovada.

Claro, otra vez La Renga en Chile, pero ahora es distinto, es tan distinto. Como un desafío a ser superado, este show tenía que ser una especie de salto a las estrellas. Las mismas estrellas que iluminaron tenuemente la explosión sonora del Court Central.

Del teloneo no puedo hablar profesionalmente, ya que me pasé todo ese tiempo en las labores de rerpartición del Precipicio. Cualquier cosa que dijiera sería superficial, vaga y mal informada, así que, por bien de las dos bandas (Kontra y Weichafe), prefiero pasar. Es mejor así.

Y, sinceramente, a la hora de hablar de la presentación de La Renga, tampoco puedo hacerlo de la manera más rigurosa, si se entiende que ese rigor pasa por tomar distancia, tratar de ponderar ecuanimemente lo bueno y lo malo y un largo etcétera que me supera. Tampoco soy de dar la lista de temas. No es este el espacio.

Para mi, para muchos de los que aquí estamos, La Renga es una banda cuyo canto habla de la cercanía de las almas. Claro, es rockanrrol, y es un negocio, y es un espéctaculo y bien que sea. Pero hay más, mucho más. Eso explica que, antes de la tocata, en las horas previas, a uno se le va el tiempo entre abrazos, besos y carcajadas con todos los hermanos que se encuentran (nos encontramos). Y que el tiempo de espera se haga corto entre tanto re conocerse como parte de un algo difuso pero intenso. \r\n\r\n \r\nTodo ese proceso se cataliza cuando La Renga inicia la exploción, y todos los cuerpos se mueven al unísono, impulsados por un mismo y enorme corazón que cruza cordilleras y valles pra unirse en esta consagración. \r\n\r\n \r\nA estas alturas, lo de La Renga es un ritual conocido por todos, aceptado y llevado con cariño y ganas. Eso es lo bueno. Quizás por eso uno piensa que el rocanrrol no va a morir, no tiene que morir. Por lo menos este rock tan puro, potente y directo. Tiene que existir para que hayan momentos como este, llenos de una energía que lo hace a uno seguir en el camino.\r\n\r\n \r\nYa lo dije, también es un negocio, y es bueno que así sea, porque, desde los músicos hasta el último de los técnicos, viven de esto, y hacen que sea el soporte de sus vidas. Por eso uno está contento del lleno total, porque cosas así le dan continuidad al cuento y lo mantienen vivo. Bien por todos los involucrados.\r\n\r\n",1]
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Para mi, para muchos de los que aquí estamos, La Renga es una banda cuyo canto habla de la cercanía de las almas. Claro, es rockanrrol, y es un negocio, y es un espéctaculo y bien que sea. Pero hay más, mucho más. Eso explica que, antes de la tocata, en las horas previas, a uno se le va el tiempo entre abrazos, besos y carcajadas con todos los hermanos que se encuentran (nos encontramos). Y que el tiempo de espera se haga corto entre tanto re conocerse como parte de un algo difuso pero intenso.

Todo ese proceso se cataliza cuando La Renga inicia la exploción, y todos los cuerpos se mueven al unísono, impulsados por un mismo y enorme corazón que cruza cordilleras y valles pra unirse en esta consagración.

A estas alturas, lo de La Renga es un ritual conocido por todos, aceptado y llevado con cariño y ganas. Eso es lo bueno. Quizás por eso uno piensa que el rocanrrol no va a morir, no tiene que morir. Por lo menos este rock tan puro, potente y directo. Tiene que existir para que hayan momentos como este, llenos de una energía que lo hace a uno seguir en el camino.

Ya lo dije, también es un negocio, y es bueno que así sea, porque, desde los músicos hasta el último de los técnicos, viven de esto, y hacen que sea el soporte de sus vidas. Por eso uno está contento del lleno total, porque cosas así le dan continuidad al cuento y lo mantienen vivo. Bien por todos los involucrados.
\r\nTengo por ahí su par de puntos negros, que no tienen nada que ver con el show ni con ningún artista. Tienen que ver con un tema de confianza, confianza en la gente, confianza en los amigos, o por lo menos en los conocidos. Sólo quiero decir que los funcionarios, de uniforme o no, deben saber que hay un límite ético en sus atribuciones naturales de control, que tiene que ver con la dignidad y con la fe en el ser humano. ¿O será que proyectan la turbiedad de sus propias almas? No sé, nadie lo sabe, es un misterio. No pienso dar más detalles, porque me niego a empañar esta noche de brillo y esplendor. Solamente lo menciono para que se sepa que hasta la luna más brillante tiene una cara oscura que no querrás haber conocido.\r\n\r\n \r\nPero lo que vale es lo que queda: la posibilidad de ser hermanos, de abrazarse, de compartir un rato y sentirte parte de un cuerpo alocado que salta y baila con miles de piernas, brazos y cabezas, feliz de estar vivo y respirar. Bien por todos.\r\n\r\n \r\nUn abrazo a todos los que abracé y me abrazaron. A un par de locas que conocí y que no pude ayudar en todo lo que debiera. Al Bicho, que se lució con la guitarra en "Viva Pappo". A mi hija, que se asomó al rrockanrrol y está sacando lecciones. Al Toro, re piola y creciendo. A \r\nLa Renga completa, los que se ven y los que se ven menos: músicos, técnicos, amigos, socios, los mismos de siempre, pasteles varios, hermanos, hermanos, hermanos.\r\n \r\n",1]
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Tengo por ahí su par de puntos negros, que no tienen nada que ver con el show ni con ningún artista. Tienen que ver con un tema de confianza, confianza en la gente, confianza en los amigos, o por lo menos en los conocidos. Sólo quiero decir que los funcionarios, de uniforme o no, deben saber que hay un límite ético en sus atribuciones naturales de control, que tiene que ver con la dignidad y con la fe en el ser humano. ¿O será que proyectan la turbiedad de sus propias almas? No sé, nadie lo sabe, es un misterio. No pienso dar más detalles, porque me niego a empañar esta noche de brillo y esplendor. Solamente lo menciono para que se sepa que hasta la luna más brillante tiene una cara oscura que no querrás haber conocido.

Pero lo que vale es lo que queda: la posibilidad de ser hermanos, de abrazarse, de compartir un rato y sentirte parte de un cuerpo alocado que salta y baila con miles de piernas, brazos y cabezas, feliz de estar vivo y respirar. Bien por todos.

Un abrazo a todos los que abracé y me abrazaron. A un par de locas que conocí y que no pude ayudar en todo lo que debiera. Al Bicho, que se lució con la guitarra en "Viva Pappo". A mi hija, que se asomó al rockanrrol y está sacando lecciones. Al Toro, re piola y creciendo. A La Renga completa, los que se ven y los que se ven menos: músicos, técnicos, amigos, socios, los mismos de siempre, pasteles varios, hermanos, hermanos, hermanos.

¡Salud y Anarquía!

lunes, enero 16, 2006

El día después

¿Y qué decir ahora? Ya son más de uno los que me pidieron que dijera algo, y es raro porque en realidad no tengo mucho que decir. Claro. Ya pasó, por fin, la segunda vuelta, y ganó quien indefectiblemente tenía que ganar.

Y, en serio, para mí es como hablar de una fiesta de la cual no fui parte, ni lo siento. Sorry por los que son parte de ella. Los respeto. Bien por ellos. Pero esta vez, el festejo es en la casa del vecino. Yo me limito a tratar de dormir en paz mientras el resto baila. Sin odio. Sin violencia. Sin miedo.

Claro, igual el tema es importante y todo el cuento, quien lo puede negar. Para mis modestos gustos, lo importante es que el mando quede en manos de una persona que es:

- mujer
- atea y
- divorciada.

Queda por ver si todos esos factores dan como para marcar una diferencia y da paso a esa fantasía colectiva que se llama “cambio”.

¡Ah!, se me olvidaba otro detalle: la presidenta electa es egresada del Liceo 1, Javiera Carrera, de Santiago. Quizás si ese sea el último aleteo de la educación pública tan a mal traer. ¿O debemos esperar que, por su mismo origen, Bachelet haga algo mejor de lo que ha hecho? Quién sabe.

El punto abre la reflexión para meter allí, a gusto del votante, todo lo pendiente que se debiera hacer en su gobierno. Aunque sospecho que en buena parte del electorado, lo que primó, más que temas de aspiraciones concretas, fue, una vez más, el miedo. El miedo a que la derecha se tome la cuota de poder que le queda aún sin ocupar: La Moneda. Ese temor sigue siendo tan fuerte que nos ha tocado ver la increíble voltereta de partidos que pasaron de hablar pestes de la Concertación a, una vez más, a apoyarla con su voto. Es el famoso cuco del “mal menor”. El tema ha sido tratado in extenso en otros lados y ya no pisé ese palito, así que corto y fuera con eso.

Para mí modesta visión de perdedor, la cosa se resolvió hace años, y quién sabe si nos enteramos. El queque está repartido hace tiempo, y aquí estamos, pacientes, esperando a que sacudan el mantel a ver si nos alcanza una migaja. Yo saqué mis alegres cuentas de derrota más menos en diciembre y me dije “ya están los votos”, con lo cual, me dediqué otra vez a anular en paz. Así de simple.

Por lo demás, hay harta gente a la que le hace bien todo este asunto festivo de las elecciones. Me refiero a la movida de la campaña, el tema de las banderitas, las caravanas, las concentraciones y el jolgorio final afuera del hotel. Esa gente se ve contenta, y eso supongo que es bueno. Hoy estarán un poco más felices que anteayer. No sé si a la Concertación esto le hará un pequeño clic en cuanto a ser capaces de generar más de esos ritos de comunión con sus masas. En una de esas, como muchos de los burócratas oficialistas se vieron en la obligación de salir a la calle, capaz que se hayan re encontrado con un misticismo que parecía en extinción. Claro, a la larga las grandes decisiones se seguirán tomando en otro lado, pero al público votante le queda una sensación de participación que no debe ser nada de mala. Y eso les podría servir para tomar un nuevo impulso y ver si logran eternizarse cada vez más.

Ahora bien, para los que, como yo, nos imponemos día a día el deber de no creer, el asunto sigue más menos igual. Como siempre, hay que desgastarse en dar explicaciones del porque anulé y todo ese cuento. La mayor parte de la gente se asombra, pone cara de incredulidad y habla de “perder el voto”. Supongo que el que vota por un candidato que sale elegido y que deja de cumplir sus promesas, ese si que no “pierde su voto”. Hagan lo que quieran, peor no en mi nombre, plis.

En fin. Nadie hace un esfuerzo para entender algo tan simple: si ninguno de los dos candidatos me gusta, no tengo por qué optar por uno de ellos. He estado tentado de mentir y decir que voté por la doctora, para que la cosa se haga cortita, pero no me da el cuero. Persevero en mi porfía light y recibo las críticas piticiegas y las burlas fáciles de los triunfadores. Pero ya aprendí que eso se pasa con un poco de tiempo. Luego, ya van a estar todos en su depresión habitual.

¿Hay futuro? SI, un futuro fome. Claro, hay países más entretenidos, pero suelen tener más muertos y heridos. El nuestro lo fue. Dejémonos llevar por la corriente. Mujeres al poder, esperemos que haya alguna diferencia. ¡Salud y anarquía!