martes, julio 12, 2005

La Piedra de la Locura, Deicide y la luna

Y aquí vamos otra vez, buena parte de los medios a la carga contra el rockanrrol. Era demasiado claro: se viene el recital de Deicide, y el facilismo farandulero de cierta prensa, (la más notoria, la inmensa mayoría), se hace cargo del tema siguiendo rigurosamente la expresión que dice “cuando el dedo señala la luna, el idiota mira el dedo”.

Claro: hay que hacerlo. Vámonos por el camino más trillado. O sea, si estos tipos le cantan al demonio, tienen tatuadas a fuego unas cuantas cruces invertidas, cultivan lo oscuro y una insoportable estridencia Que No Es Del Gusto De La Mayoría (ni del señor editor de turno, ni de algunos pastores por ahí), deben ser Representantes Del Mal. Simple. Lo demás es lo de siempre: meterse a Google, copia y pega y publicar. El idiota mira el dedo.

Por ejemplo, los platos rotos de los desmanes en el recital de Marco Antonio Solis, los pagó la producción del recital de Anthrax. ¿Alguien se puso a hacer sesudos análisis de las letras del cantante mexicano para explicar porqué estas simpáticas dueñas de casa se transformaron en una horda incontrolable? Claro, sería una estupidez hacerlo, tan estúpido como buscar una relación cierta entre las letras de las canciones de Deicide y el horrible crimen de Rodrigo Orias en la Catedral de Santiago. No puede ser. Tiene que haber otra explicación, más cierta, más certera, menos obvia que suponer que una cosa lleva a la otra. Ese es trabajo de siquiatras, médicos y otros científicos. Y, que yo sepa, hasta acá nadie de ellos ha dicho que Orias hizo lo que hizo a causa del último CD de Dark Funeral, otro grupo favorito del asesino.

Claro, porque si la cosa fuese así de fácil, habríamos descubierto la piedra de la locura, y la solución a los males de la sociedad estaría al alcance de la mano. Lo que un señor canta en un disco o en un escenario, viene otro señor y lo hace automáticamente. No hay voluntad. No hay filtro posible. No hay patologías ni enfermedades ni causas sociales de la delincuencia, no hay nada de nada. Belcebú mueve los hilos Es cosa entonces de preparar un Index de obras prohibidas, perseguir a sus creadores, cada cierto tiempo quemar a unos cuantos en la hoguera, lo demás es cuento conocido, ¿o no?.

Es interesante, en todo caso, destacar que justamente buena parte de la imaginería desplegada por grupos de “rock satánico” se nutre de los horrores perpetrados por la Inquisición y los Calvinistas contra la disidencia religiosa pagana. Quema de brujas, potros de tortura, oscuros interrogadores encapuchados, toda una estética oscura a favor da la verdad más luminosa.

En la tele, un experto en sectas habla de la presencia del mal, como gran argumento para prohibir la actuación de grupos como Deicide. No sé si reír o llorar. Claro que hay un mal verdadero presente en esta sociedad, pero no son precisamente los grupos de rock satánico sus principales promotores. ¿O no han salido a dar un a vuelta por el centro a ver la cantidad de niños y niñas que se venden por un completo y una bebida? ¿O no han visto el veneno que respiramos? ¿De quién es la demoníaca idea de trasladar un glaciar milenario para extraer oro de un valle? ¿O instalar una industria contaminante en un santuario de la naturaleza? ¿O talar miles de árboles en una ciudad hiper contaminada para construir más carreteras? ¿O comprar aviones de guerra y naves de combate mientras las viviendas sociales se deshacen con la lluvia?

Deicide le cantan a Satanás, ellos si que deben ser re malos. Los demás, todos respetables. De hecho, gracias a que existen tipos que hacen el chiste de ser satánicos, los demás podemos seguir cómodos en nuestra respetabilidad de la medianía de la tabla. Violencia intra-familiar, abusos de menores, pensiones de alimentos impagas, jubilados vendiendo parchecuritas en las micros, arreglines millonarios por doquier, hospitales públicos abarrotados, todo bien. Disparen contra el estridente guitarrista.

¿Qué música escuchará Alvaro Corvalán, el Guatón Romo, Spiniak o el sicópata de Alto Hospicio? ¿Los dueños del proyecto Pascua Lama se habrán inspirado en algún cantante oscuro de por ahí? Es importante saberlo, es súper trascendente. Así podremos ir poco a poco desprendiéndonos de los males que nos aquejan, siguiendo la vieja receta talibán, o la del Santo Oficio, más cercana a nuestra idiosincrasia.

Pierden el tiempo, todos pierden el tiempo penosamente, como lo pierdo yo escribiendo esta diatriba. Se trata de tolerancia y aceptación, y en el camino pierdo mi propia tolerancia y me vuelvo contra todos estos ciegos voluntarios que suponen que todos somos tan giles como ellos. Mejor apago el computador, la tele. Pongo alguna buena música, que no envenene el alma, y me siento a meditar.

Por los parlantes suena el Moto Perpetuo de Paganini, pero, esperen un poco, ¿no lo acusaban de satánico a él en su momento? Fuera entonces. Mejor escucho la obertura de la ópera “Tristan e Isolda”. Bien, pero, ¿no fue Wagner una inspiración para los nazis? Estamos rodeados.

Mejor me voy a la pega. Subo a la micro. El micrero, para variar, maneja como un consumado criminal, usando su máquina como un arma contra los otros móviles de la ciudad. Por los parlantes retumba la languidez de Los Nocheros, que le quieren comer el corazón a alguien. Feliz viaje.

El idiota sigue mirando el dedo. Y la luna, allá arriba, en una de esas es la piedra de nuestra locura.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Absolutamente!!!!!!
Siempre tan certero amigo mío...
Entrar a este rinconcito de la red siempre es placentero, su mirada aguda y cítrica me llena la panza.
Un gran abrazo pegoteaoso de esta hermana que te has ganado al otro lado de los Andes.
Y que siga siendo ROCK!

7:32 p. m.  

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