viernes, junio 24, 2005

Viernes

Hubo una película que se llamó “gracias a dios por fin es viernes”, o algo así. Un clásico de los filmes bailables de los setenta. Cantaba Donna Summer, entre otros. Se apoyaba en la idea de el mentado día como solución a los problemas de la semana, el inicio del descanso y todo eso. Definitiamente, cada vez me compro menos esa ilusión.
A mi entender, el viernes es una especie de resumidero de la semana, al cual van a dar los problemas y embrollos que los otros días no son capaces de resolver.
Si, con el viernes la semana se acaba, pero, ¿qué ha pasado antes?
Trato de recordar cuántos cheques sin fondo que he recibido llevaban este día como fecha. Y, para el caso, da lo mismo que ahora hayan bancos que cierren a las cuatro de la tarde. Si no hay plata depositada, da lo mismo. Nos espera un fin de semana más largo a causa de los bolsillos vacíos.
Los plazos fatales también se aglomeran en los viernes del calendario, dejándote claro que es ahora o nunca. La pega se debe entregar ahora ya, y falta la mitad de todo. El lunes es muy tarde, ya no sirve, pasó la vieja en motoneta y ni la viste. Se acabó. Te cierran la ventanilla. No hay quien reciba tu sobre. Al llamar por teléfono, te dan tono de fax. O contesta la voz despistada del guardia que te dice: “acá se fueron todos a las cuatro, llame la próxima semana”.
Claro que a veces tienes suerte, y te amplían el plazo “hasta el lunes a primera hora”. Que bueno. Buenísimo. Eso quiere decir que habrá pega para todo el fin de semana. Ni trasnoche de sábado ni levantarse el domingo a mediodía: te esperan para el lunes a las nueve, asi que a moverla, negro, a moverla.
Por eso mi cara desmejora el viernes. Me agobia el ritmo que toma la humanidad ese día, creyendo ingenuamente que es la salvación. El viernes siempre tiene una trampa. Aunque los plazos no se cumplan ese día, me parece nefasto por la esperanza engañosa que encierran. ¿O se creen que porque es fin de semana la comedia no se reiniciará el próximo lunes?
El viernes es una bomba cazabobos. El tipo de bobos que corre y apresura todo para tratar de huir antes de la pega, y luego correr hacia los bares a buscar de lo que no hay: esperanza.
En la Biblia se estableció al trabajo como un castigo divino. El viernes marca la pausa entre los latigazos. A la semana siguiente, seguiremos remando.
No en vano, Jesucristo fue crucificado un viernes, al caer la tarde. Seguramente sus verdugos estaban atareados, tenían muchas cruces por plantar y condenados para clavar. Quizás después de terminar su pega, se fueron en busca del carrete imposible de Jerusalem. Luego tembló y hubo una tormenta: todos p´a la casa. Más encima, para el domingo el criminal había resucitado.
Divino viernes.